Siempre decimos entre nosotros, cuando salimos por la noche: “vamos por un kebab”.
Pero nunca hemos escuchado a nadie decir “vamos a tomar una shawarma”.
Sin embargo, si viajas por el mundo árabe o el Levante, oirás a la gente hablar todo el tiempo de la shawarma: en la calle, en los mercados, en los cafés.
Entonces… ¿por qué ese mismo plato tiene dos nombres tan distintos?
¿Y qué es lo que realmente los diferencia?
¿Qué es una Shawarma?
La shawarma tiene su origen hace cientos de años en la región del Levante árabe — Siria, Líbano, Palestina… Shawarma de Pollo
Fue una pequeña revolución en la comida callejera de la época: carne marinada con especias, girando lentamente en un asador vertical, lista para servirse en cualquier momento del día.
El resultado era simple y perfecto: pan, carne, olor a especias, y un toque de humo que llenaba el aire.
¿Qué es un Kebab?
El kebab, por su parte, nació en Turquía, con una historia paralela.
También era carne asada, girando frente al fuego, lista para cortar y servir al instante.
Pero sus especias y su carácter eran distintos: más hierbas secas, más pimentón, un toque de grasa que le daba un sabor más intenso y profundo.
Con el tiempo, el kebab viajó a Europa y se adaptó a cada país, añadiendo salsas, patatas y variaciones que lo hicieron parte de la comida urbana moderna.
¿Entonces, en qué se diferencian?
Aunque a simple vista parezcan hermanos, la shawarma y el kebab tienen identidades propias.
La shawarma es la esencia del Levante: carne marinada durante horas con comino, canela, cardamomo y limón.
El kebab, en cambio, lleva pimentón, orégano, y ese toque ahumado tan turco.
Incluso el pan cambia — más fino en la shawarma, más grueso o tipo durum en el kebab.
Pero ambos comparten algo esencial: la idea de comer bien, sin complicaciones, en la calle, con amigos, y con las manos.
Receta tradicional de Shawarma (al estilo del Levante)
Ingredientes:
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1 kg de pollo o ternera en tiras finas
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3 dientes de ajo picados
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1 yogur natural
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Zumo de 1 limón
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2 cucharadas de vinagre
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1 cucharadita de comino
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1 cucharadita de canela
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½ cucharadita de cardamomo
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Sal, pimienta y aceite de oliva
Preparación:
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Mezcla el yogur, el limón, el vinagre, el ajo y las especias.
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Añade la carne y deja marinar al menos 4 horas (idealmente, toda la noche).
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Cocina en una plancha o sartén bien caliente hasta que quede dorada y tierna.
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Sírvela con pan árabe, pepinillos, verduras encurtidas y salsa de ajo (toum).
Su sabor es suave, aromático y ligeramente ácido.
Es una experiencia sensorial más que un simple plato: un viaje al corazón del Levante.
Receta de Döner Kebab (al estilo turco)
Ingredientes:
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1 kg de cordero o ternera picada
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1 cebolla rallada
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2 cucharadas de yogur
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1 cucharada de pasta de tomate
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1 cucharadita de pimentón dulce
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1 cucharadita de orégano seco
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Sal, pimienta y comino
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Un poco de mantequilla para cocinar
Preparación:
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Mezcla la carne con las especias, el yogur y la cebolla.
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Deja reposar unas horas.
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Cocina la carne en forma de rollo o brochetas planas, a la parrilla o en sartén.
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Sírvela dentro de pan tipo durum o pide, con tomate, cebolla morada, lechuga y salsa de yogur con menta.
Más intenso, más graso, más ahumado.
El kebab tiene un alma más callejera, más directa, más carnívora.
Dos nombres, una historia compartida
Al final, tanto la shawarma como el kebab nacen de lo mismo: carne, fuego y tiempo.
Ambos son símbolos de una comida que no necesita cubiertos, solo buen humor y hambre.
Cada bocado cuenta una historia que viajó de Damasco a Estambul, y de allí a Berlín, Madrid o Valencia.
La shawarma perfuma la calle con especias. El kebab llena el aire con humo. Y entre los dos, cuentan siglos de historia, migración y sabor.
Y al final del día…
Quizás no importa si dices “vamos por un kebab” o “vamos por una shawarma”. Lo importante es lo que representan: el encuentro, la charla, la comida compartida. Pero si alguna vez pruebas una shawarma hecha como en Damasco o Beirut, entenderás por qué en el mundo árabe ese nombre tiene tanto peso.
Porque la shawarma no es solo carne.
Es tradición.
Es calle.
Es hogar, envuelto en pan caliente.
